¡SOMOS UN BRAVO PUEBLO!
La ruta democrática no necesariamente es el solo ir a elecciones o seguir a pie juntillas las decisiones tramposas de unas autoridades ilegitimas y bandidas.
Esta ruta también puede ser seguida con luchas, insubordinación y desconocimiento de la autoridad, rebelión, , porque algo si debe estar
claro: cuando la democracia desaparece para ser fachada de una dictadura, desaparecen entonces las formalidades y las “reglas”, así que cualquier cosa se vale para restituir la libertad.
Sin duda alguna, que hay gente de pie, trabajando duro y de frente en
esta lucha, arriésgandolo todo, demostrándo que: "Podrán golpearnos, podrán romper nuestros huesos, incluso, podrán hasta matarnos; entonces, sólo tendrán nuestros cadáveres, pero jamás tendrán nuestra obediencia".
"No hay un destino más honroso que derramar mi sangre por la libertad de mi Patria"...Viva la Venezuela libre
Venezuela sigue de pie
"Cuando la democracia está en peligro
la insurección es un deber ciudadano"
Uno de los principales argumentos de Hugo Chávez para descalificar a la oposición es que somos Fascistas..¿sabrá él lo que realmente es el fascismo?, vamos a darle una Breve explicación del término, a ver si entiende que el fascista es él.....y no nosotros.
¿qué es el fascismo?
es una tendencia que suprime la discrepancia política en beneficio de un partido único,suprime la desentralización, por la centralización.Aprovecha los sentimientos de miedo y frustración colectiva para exacerbarlos mediante la violencia, la represión y la persecución. Utiliza la figura real o imaginaria de un enemigo que utiliza a los ciudadanos como títeres para ponerlos en su contra....Demostremosle a Hugo, quien es es fascista.
LA RESISTENCIA ES EL CAMINO
¿CÓMO ORGANIZARNOS PARA LA RESISTENCIA?
Después del gigantesco fraude cometido por el Régimen el pasado 3 de Diciembre, ha quedado demostrado que no existe salida electoral a la crisis.
Afortunadamente, queda otra salida, democrática y constitucional, la desobediencia ciudadana, la cual está contemplada en los Artículos 333 y 350 de la Carta Magna.
Por su magnitud, el fraude perpetrado el 3 de Diciembre constituye un crimen de Estado, que se acumula a los delitos de lesa humanidad y de traición a la Patria cometidos por el Régimen anteriormente.
Además, todos los Poderes Públicos han quedado deslegitimados, porque han sido cómplices "por acción u omisión" de dicho fraude. De allí que la salida de Chávez no es suficiente para subsanar la usurpación; es necesario salir de todo el Régimen.
Ha habido intentos de desobediencia anteriormente, como el Paro Nacional y las Guarimbas del 27F, pero han fracasado porque no han llenado las condiciones para que la desobediencia sea exitosa.
Seguidamente enumeramos cuáles son esas condiciones.
Precondiciones para la desobediencia
Para que la desobediencia logre la salida del Régimen, es necesario que cumpla varias condiciones; si se carece de una sola de ellas, entonces fallará la totalidad del plan, de allí la necesidad de implementarlas con diligencia y exactitud. Las condiciones son las siguientes.
1. La desobediencia debe ser proclamada. Así como durante tres estos años se ha dicho insistentemente que la salida a la crisis debe ser "pacífica, electoral, democrática y constitucional"; ahora hay que proclamar a viva voz, a través de todos los medios posibles, que la salida electoral fracasó, y que existe otra salida "democrática y constitucional, más no electoral": la desobediencia ciudadana, la cual está contemplada en los Artículos 333 y 350 de la Carta Magna. Mientras más se pregone, mejores resultados se obtendrán. Lo que sí no debe proclamarse ni revelarse, por razones de seguridad, son los nombres de quienes conforman la estructura de desobediencia en cada zona, ni los detalles operativos.
2. La desobediencia debe ser generalizada y simultanea. La desobediencia de unos cuantos no es desobediencia, sino rebeldía, y no trae consecuencia alguna. En cambio, cuando la desobediencia es generalizada, es decir, en múltiples lugares de cada ciudad importante, entonces es efectiva y demoledora.
Existen alrededor de 7 millones de venezolanos adultos que se oponen al Régimen, pero con sólo 3 por ciento de ellos (aproximadamente 200.000 personas) bien organizadas es suficiente para lograr el efecto generalizado que se busca. Es importante que la desobediencia se active de forma simultánea, en todo el país, a fin de que el Régimen no tenga la capacidad de reprimirla.
3. La desobediencia debe ser organizada. A diferencia de la estrategia electoral, en la cual la toda gente puede cumplir las mismas funciones, la desobediencia requiere que cada persona asuma una función específica, acorde con sus afinidades y capacidades. Unos en propaganda, otros en operaciones, otros en los grupos de legítima defensa, otros en logística y así sucesivamente.
4. La desobediencia debe ser jerárquica. A diferencia de la estrategia electoral, en la cual la gente se distribuye horizontalmente, la desobediencia requiere de una estructura jerárquica y piramidal, donde exista un jefe para cada función y un jefe en cada zona, así como un único organismo a nivel nacional que planifique, convoque, y coordine la desobediencia. El jefe no se impone arbitrariamente, sino que es elegido libremente con el consentimiento de la mayoría; pero una vez escogido, debe respetársele el mando que se le ha otorgado.
5. La desobediencia debe ser pacífica, pero debe incorporar el derecho a la legítima defensa. La desobediencia debe ser llevada a cabo de forma pacífica, pero cuando la Sociedad Civil es agredida arbitraria e injustamente, tiene todo el derecho a defenderse. Recomendamos replegarse ante los ataques de los cuerpos de seguridad, sobre todo porque éstos tienen una mayor capacidad ofensiva; pero, en cambio, sugerimos defenderse ante las agresiones de los grupos irregulares del oficialismo, sobre todo cuando se tiene superioridad de condiciones.
6. La desobediencia debe ser no solamente civil, sino además ciudadana. El Artículo 333 de la Constitución establece que si la Carta Magna es violada "todo ciudadano, investido o no de autoridad, tendrá el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia". Esto significa que no solamente los civiles están obligados a restaurar el estado de Derecho, sino también todos los demás ciudadanos.
7. La desobediencia debe ser inteligente. La desobediencia es dinámica, se construye con el trabajo y el compromiso de todos, se diseña con los aportes que puede hacer cada quien. Por eso, debe manejarse con inteligencia, sin exigir que se nos diga hoy mismo qué hacer, cómo y cuándo. Para poder responder a esas exigencias, primero se deben cumplir las seis condiciones arriba señalas; luego, una vez cumplidas, es cuando se puede fijar el día, la hora y el mecanismo concreto de la desobediencia. Las condiciones objetivas externas ya están maduras, sobre todo con el fraude del 15A, y madurarán aún más, con las acciones abusivas del Régimen; lo que todavía no están maduras son las condiciones internas de la desobediencia, porque la gente no se ha organizado todavía para ejercerla (lógicamente, puesto que estaba orientada solamente hacia la ruta electoral). Así que manos a la obra, que en poco tiempo se logrará el objetivo.
El derecho universal a la legítima defensa
Existen ocasiones cuando el uso de la fuerza no solo constituye un derecho inalienable, sino también un deber ineludible; por ejemplo, cuando malhechores agreden injustamente a personas inocentes, poniéndolas en peligro de muerte (como ocurrió el 16 de agosto en la Plaza Altamira). Si se tienen medios para evitarlo, se está obligado a hacerlo.
Hasta el Catecismo de la Iglesia Católica establece que, en ciertos casos, el derecho a la legítima defensa se convierte en un deber: "La legítima defensa puede ser no solamente un derecho, sino un deber grave, para el que es responsable de la vida de otros. La defensa del bien común exige colocar al agresor en la situación de no poder causar perjuicio. Por este motivo, los que tienen autoridad legítima tienen también el derecho de rechazar incluso con el uso de las armas, a los agresores de la sociedad civil confiada a su responsabilidad" (Número 2265).
Cuando se trata de naciones, el concepto de legítima defensa se amplía, transformándose en "guerra justa", aplicable ya sea a un conflicto externo o a uno interno. En este caso, también existen ocasiones donde el uso de la fuerza no solo constituye un derecho, sino un deber.
"La paz no es la mera ausencia de la guerra, nise reduce al solo equilibrio de las fuerzas adversarias, ni surge de la hegemonía despótica", explica la constitución pastoral "Gaudium et spes" (Concilio Vaticano II), existen otras condiciones que, de no darse, ocasionan tarde o temprano la ruptura de una paz aparente.
Someterse sumisamente a un tirano puede significar la paz, pero solo temporalmente; puesto que, a la larga, la injusticia de un régimen tiránico traerá como consecuencia mayor violencia.
Llegó la hora de vencer el miedo
El modelo castro-comunista que Chávez está imponiendo en nuestro país, tiene como principal herramienta de dominación el factor miedo.
A pesar de que la inmensa mayoría de los venezolanos se oponen al Régimen, un pequeño grupo de malhechores bien organizados y fuertemente armados mantienen el país en jaque. Frente a las inaceptables amenazas del Régimen, los dirigentes de la oposición han retrocedido una y otra vez. De esta forma, en lugar de infundir valor a la Sociedad Civil, la han hecho vacilar, truncando el arrojo y la determinación del ciudadano común. Pero si la Sociedad Civil se organiza en los términos que proponemos, y decide no retroceder más, no habrá fuerza capaz de vencerla.
El proyecto de Chávez no tiene posibilidad de triunfar, porque es contrario a nuestra identidad nacional. Nuestra Patria tiene como máximo orgullo el haber derramado la sangre de sus hijos para obtener la libertad de cinco naciones americanas; todo ello, sin pedir retribución alguna. En cambio, el régimen de Chávez pretende hacer justamente lo contrario:
exportar la esclavitud castro-comunista a toda América Latina, utilizando como punta de lanza los cuantiosos recursos provenientes de la venta del petróleo.
Evidentemente, el pueblo venezolano no es capaz de soportar semejante afrenta a nuestra dignidad y nuestra identidad histórica. Ahora solo falta organizarse y neutralizar de una vez por todas, esta terrible calamidad y así ponerle coto a un proyecto que amenaza con expandirse a toda la región. ¡Llegó la hora de liberar a Venezuela y de evitar la esclavitud de todo el continente americano!
VENEZUELA NO SE ARRODILLA!!!!
POR UNA VENEZUELA LIBRE Y DE LOS VENEZOLANOS